Inspirado en la cobra, de líneas puras y equilibradas a la vez, este bicicletero puede actuar de manera individual o en conjunto. Se presenta como una cinta ergonómica que nace de la tierra para recibir las bicicletas y motocicletas en la ciudad. Define a la vez un límite territorial para el estacionamiento de las mismas en el espacio público. Tiene dos formas de fijación, empotrado o abrocado. Esta última posibilita la configuración tanto recta como curva de las unidades que conforman el sistema.
Cuerpo y Separador: Fundición de hierro granallado y pintura en polvo termo convertible poliéster gris grafito.
20 cm x 74 cm; h=76,9cm.
Empotrado en dado de hormigón de acuerdo a especificaciones provistas por ficha de producto.
Diana Cabeza
A. Venturotti; D. Jarczak